1000 cuentos que nunca te conte...

domingo, 28 de septiembre de 2014

Cata la gata que queria volar

¡Abuela! Dijo Pedrito- ¡Cuentame otro cuento!
Aquella noche era la víspera de reyes y Pedrito estaba tan nervioso que no podía dormir. No veía la hora de abrir sus regalos por lo que para pasar mejor el tiempo y coger el sueño, le pidió a Clotilda, su abuela que le contase una historia.
¿Cual quieres que te cuente?- Le preguntó esta-
-Mmmm alguna historia que te haya ocurrido, ya sabes abuela, de esas que te pasaban cuando eras joven....-
¡Ah! - Recordó esta - Esta bien, te contare una historia que pasó hace muchos años en esta misma calle donde tu vives.
Y asi mientras afuera la nieve comenzaba a caer sobre el asfalto, Pedrito se acomodo entre las sabanas y se dispuso a escuchar la historia que su abuela le habría de contar.
Veras - comenzó - En un tiempo en el que yo tenía tu misma edad conocí a una gatita que era un tanto especial. ¿Sabes por que?
No - Respondió -
Por que Cata era una gata que quería aprender a volar...
¡Anda ya!
¡Te lo prometo! - Juro la abuela.
¿Y se llamaba Cata? - Preguntó Pedrito 
Si , pero dejame seguir - Contesto la abuela -
Tal noche como hoy hace muchos, muchos años yo tambien estaba nerviosa por que esperaba mis regalos de reyes. En casa todo el mundo ya dormia y yo no podia mas que dar vueltas por la casa por que no podia hacer lo mismo. De repente escuche un ruido que parecia provenir de la cocina.
-Ras , ras -
Para alli que fui  pero no vi nada
-Ras, ras . 
Escuche de nuevo...
¿Y que era? Dijo Pedrito impaciente
Pues - Contesto la abuela dandole misterio a su voz - abri la puerta de la entrada a la cocina y alli estaba ella, Cata.
¿Cata? Preguntó Pedrito
Si - Continuo la abuela - Cata la gata
¿Y como sabes que quería volar? Pregunto Pedrito
Veras - Continuo la abuela sonriendo - Cata, que así me dijo esta gata que se llamaba, estaba aterida de frió y muerta de hambre. Y la deje pasar, la puse un trapo viejo para que se acostara y un poco de leche para que comiese.
¿Que te lo dijo la gata? Pedrito no daba crédito
Si - Dijo la abuela - Es una historia increíble, pero es cierta, te lo prometo. La deje en la cocina y volví a la cama a dormir hasta el día siguiente. 
Ya era muy de mañana cuando unos lametones me despertaron.
¡Vamos que te esperan los regalos! Cata la gata estaba encima de la cama maullando.
Me levante y baje al salón donde mis padres rodeados por un montón de regalos me estaban esperando.
¡Vaya!  - Dije
Pase la mañana abriendo los regalos, estaba tan absorta en mi tarea que ni me di cuenta de que Cata ya no estaba.
¿Cata? La llame ¡Donde estas!
Entonces llegue hasta mi habitación y la ventana estaba abierta. Allí estaba ella mirando al cielo.
¡Cata ven! - La llame - Pero no me hizo ningún caso
Entonces observe el cielo y vi un grupo de aves que surcaban el cielo en dirección a otro lugar. Cata maullo. 
- Ven - la dije - Vamos a comer 
Yo solo quiero volar e irme de aquí - Me dijo ella  y volvió a maullar bajando de la ventana.
Los gatos no vuelan, tonta - Le conteste riéndome, pero ella no se volvió a mirarme, estaba triste.
Así paso el resto del día hasta por la noche. Cata durmió a mi lado hasta la mañana siguiente, cuando me desperté la ventana estaba abierta y Cata se había ido. Me asome y vi una bandada de pajaros que volvían a surcar el cielo y un poco mas retrasado algo que parecía ser... ¡Un gato!
¡Venga ya ! Exclamó Pedrito  - No me creo tu historia... los gatos no vuelan, abuela..
Quien sabe - Contesto la abuela levantándose y apagando la luz - A veces las cosas no son lo que parecen.
Dicho esto Pedrito se quedó dormido.

 





miércoles, 12 de junio de 2013

URSULA Y LOS ANIMALES DEL BOSQUE

El reloj del salon ya marcaba las 10 de la noche cuando Matilde Carraspera le indico a su hija que se fuese a la cama.
- Ya es hora de irse a dormir - URsula le dijo mirando el reloj de la pared-
- Un poco mas - Rezongo esta -
-Venga que mañana hay colegio, lavate los dientes y a la cama -
-Vale- contesto Úrsula de mala gana y después de dar un beso a su madre y otro a su padre se encaminó a dormir.
Estaba ya en la cama cuando se quedó por un momento observando la oscuridad que reinaba en su habitación. La luz de la luna que entraba por la ventana daba a la habitación un aspecto fantasmagórico, proyectaba sombras chinescas en las paredes, los muñecos que estaban en las estanterías parecián haber cobrado vida y la miraban impávidos esperando algo de ella.
-Úrsula - Oyo como la llamaban -
-Úrsula - Volvió a oir
Los muñecos la miraban...
Úrsula se tapo la cabeza con la manta para no ver nada, pero continuó escuchando.
-Ursula ven con nosotros - Se oyo una voz
Volvio a descubrirse la cabezsa y para su asombro ya no estaba en su habitación. Su cama estaba en medio de un claro del bosque.
- anda - Exclamó
Dejo el calor de su manta de flores para encaminarse por su sendero que le conducia hacia el interior de un bosque. A ambos lados el viento mecía las copas de los árboles que se levantaban atemorizantes del suelo.
-¿Donde estoy? - Se preguntó
-Úrsula , sigueme - Le dijo un buho que estaba a su lado levantando el vuelo.
Úrsula siguió al buho por el camino pedregoso hasta que llego a lo alto de un árbol que destabaca entre los demás.
-Ursula ayudanos - Dijo el árbol llorando.
¿Que te ocurre?  preguntó Úrsula
Un corrillo de animales estaban alrededor del árbol cuidando de que nada le pasase.
- Ayúdanos por favor - Dijo un ardilla subida a una de sus ramas.
-Úrsula por favor - Suplicaron las hormigas del suelo
Úrsula miró a su alrededor desolada. Todo lo que antes era verde y vida... ahora estaba cubierto de basura, latas de comida, de bebida... El árbol estaba triste pues se sentía incómodo por todo eso a su alrededor, las hormigas lloraban por que no podían entrar en su casa pues la basura se lo impedía. El ratón ya no podía cazar y la rana ya no tenía charca en la que poder saltar y bañarse.
-No os preocupeis  - Dijo Úrsula -
-¿Por que? - Le pregunto el arbol lloroso -
-¿Nos ayudarás?
-claro que si - respondió esta - Recogeremos toda esta basura.
Y así lo hicieron, durante toda la noche metieron la basura en bolsas de plástico. Limpiaron el árbol para que pudiese respirar tranquilo, desbloquearon la entrada del hormiguero para que las hormigas regresasen a casa a descansar y limpiaron la charca para que la rana saltase sin temor a lastimarse.

Todos fueron felices
- Gracias Ursula - Gritaron las hormigas
-Gracias - Rió el arbol
Después de tirar las bolsas de basura en un tontenedor que casualmente había por alli, Úrsula regresó a su cama que la esperaba en el claro.

-¡Vamos Úrsula que hay que levantarse!-
La voz chillona de su madre se oyo en la habitación mientrasÚrsula se desperezaba con la luz matinal.

-Ya voy, mama -

Y así comenzo un nuevo día para Úrsula. Feliz por el sueño vivido fue a prepararse para ir al colegio y justo cuando estaba peinándose se percato de que tenía una ramita en el pelo.

martes, 11 de junio de 2013

URSULA Y EL BARCO PIRATA

Esa noche, Ursula se despertó en su cama, pero atonita pudo comprobar que ya no estaba en su habitación.Ya no estaban ni las paredes de color rosa, ni los muñecos, ni las cortinas blancas que tapaban el gran ventanal de su derecha. Ahora estaba....

¡En el mar!

¿Pero que hago aqui? - Se preguntó
¡Hola Ursula! Saludaron los peces al unísono saltando a su paso.
¡Hola! - Saludraon las estrellas tintineantes y vigilantes en el cielo.
El delfin tambien salto a modo de saludo y nado a su lado pues la cama... ¡Flotaba en el mar!

¡Bienvenida a este viaje Ursula! - Le dijo la luna llena brillante en el cielo - Hace una noche magnifica ¿Verdad?.

Una bandada de cigueñas paso por encima suyo, después se volvio a hacer el silencio.

¿Pero que hago aqui? - Pregunto dando un respingo.
Tienes que ayudarnos, Ursula - Le dijo la luna y continuó - Mira

Ursula agudizó su vista y pudo comprobar que no muy lejos de alli un gran barco de velas negras estaba parado.

¿Pero que puedo hacer yo? - Se preguntó -

Estos son los piratas de la noche, tiran basura, y desperdicios al mar. Los peces se intoxican , nadan entre inmundica e incluso el delfin se hirió una aleta con una lata de refresco rota. - comenzo la luna-
Coge esta red hecha con rayos de luna que te da el delfin y tirala al barco ... veras...

Ursula asi lo hizo y a pesar de que no creía que fuese a aptraparles la red comenzo a hacerse cada vez mas y mas grande y a brillar cada vez con mas fuerza hasta que el barco entero quedó atrapado.

- Pero que... - Exclamo uno de los piratas
-¡Repampanos! - Exclamo otro
- ¡Para que no volvalis jamás a tirar basura al mar! - Gritó Ursula -
Entonces los piratas atrapados en la red, algo sin duda muy fastidioso para ellos, pusieron rumbo muy lejos de alli para no volver jamás.

- ¡Bien Ursula! - Grito la luna
-¡Gracias Ursula! - Gritaron los peces
-¡Gracias! - Gritó la ballena al fondo
Juntos limpiaron las aguas y despuúes Ursula volvió a meterse en la cama bajo la atenta mirada de la luna y las estrellas y con el suave balanceo de las aguas volvió a quedarse dormida.

domingo, 16 de diciembre de 2012

La Navidad no esta...

Aquella mañana prometía ser distinta a las demás. Por la ventana se podía ver como la nieve ya había cubierto la acera, los coches, y las luces de la calle aun no se habían apagado pues era noche cerrada. A las siete de la mañana en punto Anita Tricotosa se levantó y fue al salón para abrir los regalos de navidad.
Estaba tan nerviosa que bajo los escalones de tres en tres gritando y haciendo ruido para que sus padres se levantasen y cuando por fin llego al salón no podía creerse lo que alli había....

O mejor dícho no habia....

Efectivamente, no había arbol, ni regalos. Su padre estaba en el sofá leyendo un periodico sin percatarse de su presencia y su madre trasteaba por la cocina, como siempre...

¿Pero donde estan los regalos? - Exclamó

¿Que regalos? - Preguntó su padre

¡La navidad! - Exclamó Anita ¡Es navidad! ¿Donde esta el arbol con los regalos?- Exclamó nerviosa

Hija... no se que dices - Le contesto su padre sin inmutarse

Anita fue corriendo a la cocina, su madre estaba de espaldas preparando el desayuno.

Sientate, el desayuno esta listo - Le dijo en tono gris y monótono-

¡Mama donde estan los regalos! -Volvio a gritar

¿Que regalos? - Le pregunto su madre

Furiosa resopló y salio corriendo de casa. Afuera ya había amanecido y hacía mucho frío. Pero ni rastro de adornos navideños, ni de villancicos... Nada.
¿Pero que esta pasando?

¡Esto no puede ser!
¡Anita! Se oyo una voz detras de ella
¡Anita!
Sudando y con el corazon latiéndole muy deprisa se despertó en su cama cuando su madre la estaba llamando desde la puerta.
¡vamos que ya es Navidad! - Le dijo con tono alegre

Anita Tricotosa suspiro aliviada y bajo las escaleras deprisa. En el salón un monton de paquetes esperaban para ser abiertos debajo del arbol, su padre leyendo el periodico en su butacon habitual y su madre en la cocina preparando el desayuno.

Todos se reunieron bajo el arbol para empezar a abrir los paquetes.

¡Por fin era navidad!

domingo, 18 de noviembre de 2012

EL MONSTRUO QUE DESTAPABA POR LA NOCHE

Con ilustración de Rafa Mir

Esta es la historia de un niño que se llamaba Miguelito Panychocolate que tenía un miedo terrible a dormir con la luz apagada. ¿Por que? Os estareís preguntando...
Pues bien, Miguelito tenía la terrible sospecha que debajo de su cama habitaba un monstruo que se dedicaba a destaparle por la noche, y claro... Cada dos por tres tenía que estar llendo al medico pues se había resfriado.

-¡Pero mama te juro que yo no soy! Le decia a su madre rabiando.
-No se que voy a hacer contigo, Miguelito - Le regañaba esta.

Y todas las noches la misma historia. Miguelito con miedo a quedarse a oscuras y su madre regañandole por tener la luz encendida... Pero un día, su abuela Agustina, muy sabia ella, le dio un consejo...

Mira Miguelito, yo se como hacer para que el monstruo no te destape por la noche.
¿Ah si? - Pregunto este
Si - Respondio Agustina muy segura - Veras, solo tienes que realizar un guisado mágico y ya veras como se ira.
¿Un guisado magico?Pregunto Miguelito
Claro - Respondio esta cogiendo una cacerola de la cocina -
¿Y que es lo que tengo que hacer? Pregunto Miguelito intrigado
Pues mira, aqui pones una judia verde, que es la verdura que mas odian los monstruos, un poco de pimienta para que le pique,un buen chorro de agua y el toque final...
¿cual es abuela? - Pregunto Miguelito intrigadisimo
Algo que a los monstruos les atrae muchiiiisimo Miguelito. ¡Chocolate!
¿Chocolate? ¡Menuda mezcla!
Ahora lo ponemos al fuego y despues... lo dejamos aqui en tu cuarto.
Apaga la luz Miguelito
¡No! - respondio este - Vendrá el monstruo.
Eso es lo que queremos, y que se vaya tambien, ¿No?
Miguelito se encogio de hombros y se acosto. Su abuela le arropo y le apago la luz.
A los pocos minutos se oyo un estruendo en la habitación y Miguelito encendio la luz, el guisado habia desaparecido... Y el monstruo ya no estaba debajo de su cama.
-¿Lo ves? Le dijo su abuela - Ya no aparecera por aqui.
-¿Pero como lo sabes? - Le pregunto Miguelito.
Yo se muchas cosas, Miguelito...
Dicho esto su abuela salio de la habitación apagando la luz y Miguelito pudo dormir tranquilo esa noche y el resto para siempre. Ya nunca se volvio a resfriar por que el monstruo que le destapaba por la noche, se habia ido.

martes, 21 de agosto de 2012

La madrastra ha perdido su espejo.


Guille Sacacorchos era un niño que vivia con su familia y su perro Doblón. Vivía con sus padres, el señor y la señora Sacacorchos en el número 99 de la calle del Pez Rojo y como los niños de su edad, todas las mañanas, lloviese o hiciera sol caminaba por el lado derecho de la calle camino del Colegio del Gusanillo.

Muchas mañanas su madre Piluca le acompañaba la mitad del camino para luego irse a la compra en el mercado del final de la calle, pero aquella mañana Piluca se había tenido que quedar con su hermana pequeña Nita Sacacorchos pues estaba con fiebre teniéndo que dejarle solo todo el camino.

El sol de primavera brillaba en lo mas alto, la mañana tenía pinta de ser de lo mas calurosa pues el verano y el final del cole estaba cerca. Aun quedaba una media hora para que empezasen las clases por lo que iba tranquilo por la calle y justo en el punto en el que se despedía siempre de su madre oyo que alguien le hablaba.
-¡Eh! -
Guille se paró y miro a su alrededor sin ver a nadie.
-¡Chico! - Volvio a oirse la voz - Tu, el de la camiseta blanca.
Guille se miro a si mismo y se dio cuenta que se referian a el por lo que volvio a dirigir su mirada a su alrededor, no vio nada hasta que sus ojos se toparon con una figura que estaba agazapada entre los cubos de basura.
-¿Quien eres? - Preguntó.
Entonces la figura se hizo visible y brillante a la luz del sol. Guille no podia creerse lo que estaba viendo.
- ¿Es que no me reconoces? - Preguntó con cierto aire de indignación -
Guille asintió. No podia creerse que delante de ella... tuviese... a ...
¡¡¡¡¡¡LA MADRASTRA DE BLACANIEVES!!!!!!!

¿Se te ha comido la lengua el gato? - volvio a preguntarle poniendose a su altura
Yo... - Guille no sabia que decir, generalmente esos cuentos le parecían mas propios de su hermana pequeña pero... Era igualita al libro que leyo con ella la otra noche.
Eres la madrastra de Blancanieves - Consiguio decir tragando saliva -
Muy bien pequeño - Respondio esta sonriendo - Ahora debes ayudarme
¿Yo? - Se sorprendió Guille - Tengo que ir al colegio.
Te prometo que llegarás a tiempo - Asintió esta volviendo a ponerse de pie y riendo a carcajada limpia.
¿En que te puedo ayudar?
Necesito que encuentres mi espejo - Respondio la madrastra -
¿Yo? - Pregunto Guille asombrado - ¿Por que yo?
¿Por que yo, por que yo? - Se burlo la madrastra perdiendo la paciencia. - ¿Es que acaso quieres que te convierta en un lindo ratoncito? Esos gatos seguro que estarían muy contentos.
Guille miró un par de gatos que estaban en un rincon mirandoles y relamiendose. Miro de nuevo a la madrastra y su vestido azul cada vez mas resplandeciente. Asintió
¿Donde lo vio por ultima vez? - Le preguntó ya sin esperanzas de llegar a tiempo al colegio.
La malvada madrastra suavizó su rostro y señaló un arbol hueco que había unos metros mas allá.
Esta ahi dentro, se me coló dentro escapandose de mi por no querer reflejar mi ilustre belleza - Se lamentó -
Belleza... - Pensó Guille para si
Lo necesito para volver a mi castillo. Por favor, cogelo del arbol, yo no puedo, es demasiado pequeño para mi. Pero antes deberás quitarselo al tejón
- ¿El tejon? - Preguntó Guille -
Ve y lo veras - Respondio la madrastra -
Guille se encaminó al arbol y metió la mano. Efectivamente algo parecido a un espejo estaba en su interior pero no lograba cogerlo. Casi lo tenía hasta que...
¡Ay! - Algo le habia pinchado
Saco la mano y se levantó enfadadisimo. No haria caso ni de tejones ni de malvadas madrastras ni nada.
Guillermo - Se oyo la voz de la madrastra en su cabeza. La miró y vio que tenia su dedo apuntandole.
Volvió a meter la mano y por fin saco el dichoso espejo. Se lo devolvió a su dueña.
Gracias Guille - Respondió esta con una sonrisa - Toma un regalo para que te acuerdes de mi.
Era una manzana.
Ve al colegio, es la hora - Le dijo despidiendose -
Guille se volvio, iba a reemprender su marcha cuando oyo un ruido a su espalda, se volvio y la malvada madrastra ya no estaba. Se encamino al colegio con la manzana en la mano y le iba a pegar un mordisco ajeno al veneno que llevaba en su interior cuando uno de los gatos salto sobre el y le hizo tirarla.
- Gato asqueroso - Dijo entre dientes.
Guille llego a tiempo al colegio y pasó el resto del día y a partir de ese momento se dio cuenta que el ir a clase podría ser tambien una aventura. Nunca se sabía.


domingo, 5 de agosto de 2012

EL CONDE DRACULA VA AL DENTISTA



Transilvania estaba de suerte, aquella noche en la que la luna llena brillaba desde el cielo el pobre Conde Drácula no podía cazar.

¿Por que? Os estareís preguntando.

Muy sencillo, le dolía un diente.

¡Que fastidio! - Dijo para si mismo tocandose el mentón - ¡Que dolor!

Entonces un murcielago que volaba despistado por el castillo, se descolgó de una viga del techo y empezo a revolotear a su lado. Curioso le preguntó

¿Que te pasa, Draculillo?

Que no puedo cazar - Contestó este entre dientes -

¿Y eso por que? - Volvio a preguntar

Por que tengo un horrible dolor de dientes esta noche. ¡Retruecanos y calimoches! Con las ganas que tenía de salir. - Contestó dando un golpe en la mesa del salón tan fuerte que incluso un gusano que pasaba tranquilo por ahi camino de su morada saltó un buen trecho y calló al suelo aturdido.

¿Por que no vas al dentista? - Le preguntó ingenuamente el murcielago
Entonces en ese momento el Conde Drácula le miró con los ojos encendidos en fuego y fuera se sintió un trueno tan fuerte que retumbó todo el castillo. El pobre gusano de antes tuvo que echar a correr para que no fuese victima de la violencia de Drácula.

¿Yo? ¡Nunca! - Grito, tan fuerte que tuvo que sostenerse el menton de nuevo con la mano por que el dolor era insoportable.
¿Tienes miedo? - Le dijo el murcielago con sorna
¡No! - volvio a gritar Dracula
Pues entonces ve - Le dijo tranquilamente el murcielago.

El Conde Drácula salió del salon sin decir nada con tanto impetu que su capa parecía volar. Fuera la tormenta continuaba amenizando la noche y el tiempo paso. Durante los días el Conde Dracula intentaba dormir, algo imposible con ese dolor y por las noches diambulaba por el castillo intentando alimentarse, cosa dificil, pues tenía la boca muy dolorida.

Una noche se presentó en la puerta un personaje con pinta de científico, calvo, barrigon y con unas gafas de culo de vaso que le agrandaban mucho sus ojos. Portaba un maletin.

¿Quien eres? - Le dijo el Conde Dracula

Soy el Doctor Incisivo. Tu dentista - Le contestó mostrando sus blancos dientes.

Yo no le he llamado - Gruño Dracula -

Pero yo si - Contesto el murcielago que revoloteaba detrás.

Entonces a regañadientes el Conde Drácula accedio a que el dentista le curase la muela que tenía enferma. Y para su asombro sin dolor ninguno.

¿Ves? Le dijo el murcielago- Ahora podras volver a cazar por la noche y dejar de pegar esos alaridos durante el dia que no me dejan dormir.

El Conde Drácula agacho avergonzado la cabeza y asintió. A partir de esa noche y gracias al Doctor Incisivo pudo volver a alimentarse de lo que mas le gustaba, la sangre.