1000 cuentos que nunca te conte...: EL CONDE DRACULA VA AL DENTISTA

domingo, 5 de agosto de 2012

EL CONDE DRACULA VA AL DENTISTA



Transilvania estaba de suerte, aquella noche en la que la luna llena brillaba desde el cielo el pobre Conde Drácula no podía cazar.

¿Por que? Os estareís preguntando.

Muy sencillo, le dolía un diente.

¡Que fastidio! - Dijo para si mismo tocandose el mentón - ¡Que dolor!

Entonces un murcielago que volaba despistado por el castillo, se descolgó de una viga del techo y empezo a revolotear a su lado. Curioso le preguntó

¿Que te pasa, Draculillo?

Que no puedo cazar - Contestó este entre dientes -

¿Y eso por que? - Volvio a preguntar

Por que tengo un horrible dolor de dientes esta noche. ¡Retruecanos y calimoches! Con las ganas que tenía de salir. - Contestó dando un golpe en la mesa del salón tan fuerte que incluso un gusano que pasaba tranquilo por ahi camino de su morada saltó un buen trecho y calló al suelo aturdido.

¿Por que no vas al dentista? - Le preguntó ingenuamente el murcielago
Entonces en ese momento el Conde Drácula le miró con los ojos encendidos en fuego y fuera se sintió un trueno tan fuerte que retumbó todo el castillo. El pobre gusano de antes tuvo que echar a correr para que no fuese victima de la violencia de Drácula.

¿Yo? ¡Nunca! - Grito, tan fuerte que tuvo que sostenerse el menton de nuevo con la mano por que el dolor era insoportable.
¿Tienes miedo? - Le dijo el murcielago con sorna
¡No! - volvio a gritar Dracula
Pues entonces ve - Le dijo tranquilamente el murcielago.

El Conde Drácula salió del salon sin decir nada con tanto impetu que su capa parecía volar. Fuera la tormenta continuaba amenizando la noche y el tiempo paso. Durante los días el Conde Dracula intentaba dormir, algo imposible con ese dolor y por las noches diambulaba por el castillo intentando alimentarse, cosa dificil, pues tenía la boca muy dolorida.

Una noche se presentó en la puerta un personaje con pinta de científico, calvo, barrigon y con unas gafas de culo de vaso que le agrandaban mucho sus ojos. Portaba un maletin.

¿Quien eres? - Le dijo el Conde Dracula

Soy el Doctor Incisivo. Tu dentista - Le contestó mostrando sus blancos dientes.

Yo no le he llamado - Gruño Dracula -

Pero yo si - Contesto el murcielago que revoloteaba detrás.

Entonces a regañadientes el Conde Drácula accedio a que el dentista le curase la muela que tenía enferma. Y para su asombro sin dolor ninguno.

¿Ves? Le dijo el murcielago- Ahora podras volver a cazar por la noche y dejar de pegar esos alaridos durante el dia que no me dejan dormir.

El Conde Drácula agacho avergonzado la cabeza y asintió. A partir de esa noche y gracias al Doctor Incisivo pudo volver a alimentarse de lo que mas le gustaba, la sangre.

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